1. Un baño al día a la temperatura adecuada
El baño no debe estar demasiado caliente, lo que tiende a secar la piel, ni demasiado frío, lo que puede ser incómodo para el bebé. Báñalo de 5 a 10 minutos a una temperatura de 37 grados y ten cuidado de no poner demasiada agua en la bañera.
2. Un limpiador suave
El jabón tradicional tiene un pH alto y fuertes agentes de limpieza que pueden despojar a la capa hidrolipídica de la piel. Comienza añadiendo unas gotas de aceite limpiador al agua para proteger la piel del bebé. Es importante utilizar un limpiador sin jabón que trate suavemente la piel, preservando la barrera cutánea y reduciendo considerablemente las sensaciones de rigidez. La mayoría de estos limpiadores suaves son adecuados para lavar el cabello del bebé.
3. Usa las yemas de los dedos
Los paños pueden irritar la piel y también pueden transmitir gérmenes. Para una limpieza más suave, haz espuma sobre su piel con la punta de los dedos para minimizar la fricción, antes de enjuagar bien.
4. Secado suave
Para secar a tu bebé, toca suavemente la piel con una toalla limpia y caliente, prestando especial atención a los pliegues de la piel para evitar dejar áreas húmedas que podrían causar irritación y debilitar la epidermis. Si tu bebé tiene eccema, se requiere cuidado específico. Consulta ¿Cómo administrar el tiempo del baño cuando su hijo tiene eccema?