Enseña a tus hijos buenos hábitos de protección.
Si bien los adultos están muy familiarizados con los peligros del sol, no siempre son conscientes de la extrema vulnerabilidad de los más pequeños. De hecho, entre el 50% y el 80% de los daños relacionados con los rayos UV ocurren durante la infancia y la adolescencia. En vacaciones, un tercio de los niños pasan un promedio de 15 horas a la semana en sus trajes de baño. Eso es demasiado. Especialmente considerando que el agua y la arena reflejan el 30% de los rayos UV. Y a estas edades, los niños no pueden evaluar el peligro. Proteger a tus hijos significa educarlos.
¿Por qué la piel de los niños es más vulnerable al sol?
La piel de los niños, que todavía está en desarrollo, es inmadura y, por lo tanto, más vulnerable a los rayos del sol (quemaduras solares, daños celulares e insolación): Debido a que es más delgada, es más vulnerable a un daño celular más profundo. Con una pigmentación menos desarrollada, no cuenta con un sistema de autodefensa (que, en los adultos, ayuda a proteger la piel contra los rayos UV)
Consecuencias
Los niños solo expresan su incomodidad cuando el daño ya está hecho:
- Las quemaduras solares y las agresiones celulares profundas causan daños irreversibles y hacen que la piel se vuelva frágil a largo plazo (aceleración del envejecimiento de la piel, mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel).
- Este daño profundo se agrava por el riesgo de deshidratación o insolación.
Buenos hábitos de protección para los niños
Es esencial enseñar a los niños, incluyendo los más pequeños, las buenas prácticas con respecto a la protección solar:
- Evita los períodos de máxima luz solar (entre las 11 p.m. y las 4 p.m.) fomentando actividades en la sombra o siestas.
- Usa un sombrero de ala ancha, gafas de sol con lentes filtrantes y ropa oscura (una camiseta negra protege más que una blanca).
- Aplica protector solar frecuente y generosamente (al menos dos capas cada dos horas y después de cada baño) sobre toda la piel expuesta ... ¡sin olvidar la parte posterior del cuello, las orejas y los pies!
- Elige un protector solar SPF50 con resistencia al agua especialmente formulado para niños.
- Hidratarse regularmente.
¡PRECAUCIÓN! Para los niños hasta la edad de tres años, se recomienda evitar el sol totalmente.